miércoles, 12 de marzo de 2014

La enfermedad mental ¿no es más que la enfermedad del cerebro?

Todavía queda mucho por saber sobre las enfermedades mentales. Se tienen muchos datos, cada vez más, pero a menudo nos da la impresión de que realmente no sabemos nada.

A lo largo de la historia las causas de los diferentes trastornos de la psique han ido variando. Un resumen MUY breve de la historia de la psiquiatría sería el siguiente: 
Inicialmente, se creía que la enfermedad podía ser el resultado de un castigo divino. 
En Grecia, se desarrolló la Teoría de los cuatro humores, que ya señalaba la relación del organismo con el comportamiento humano, y sugería cuatro tipos de humores: el colérico, el melancólico, el sanguíneo y el flemático. 
En el siglo XIX surgieron diferentes teorías como el mesmerismo o la frenología. 
Una de las figuras más importantes de finales de este siglo y principios del siguiente fue Sigmund Freud que puso el acento en las experiencias traumáticas de los primeros años de vida como causa de los síntomas de enfermedad mental.
Sobre todo en la segunda mitad del s. XX adquirió importancia el concepto farmacológico: determinadas moléculas actúan sobre diferentes neurotransmisores modificando así el curso de la enfermedad mental, en algunos casos, y dando pistas sobre el origen fisiopatológico del trastorno.

Sin embargo, ahora, ya metidos en el s.XXI, se rechaza esta última tendencia que enfatizaba el origen puramente orgánico de las enfermedades mentales. 
Concretamente Ian Golg y Joel Gold descartan la idea de que "La enfermedad mental no es más que la enfermedad del cerebro". Argumentan que la mente no es nada más que la actividad del cerebro, pero eso no quiere decir que los trastornos mentales tengan que ser explicados sólo por factores genéticos o neurobiológicos. 



Y lo ejemplifican con la siguiente analogía: los terremotos no son nada más que el movimiento de los átomos en el espacio, sin embargo la teoría de los terremotos no habla sobre el movimiento de los átomos sino del de las placas tectónicas. Afirman que la mejor explicación científica es aquella en la que los seres humanos identifican patrones comprensibles en el universo y no cómo está constituido el universo.


En algunos trastornos cerebrales el tratamiento se da fuera del cerebro, como por ejemplo en el caso de una cardiopatía que causa una embolia cerebral. Los médicos tratarán los daños cerebrales pero también intervendrán sobre la enfermedad cardiovascular y además incidirán sobre la dieta del paciente, el ejercicio físico, el nivel de colesterol, etc.
Así, la enfermedad mental es también un asalto al cerebro, pero a veces puede haber sido originada fuera del cerebro. En el caso de la esquizofrenia, el riesgo a desarrollarla aumenta con experiencias adversas, como el abuso y la intimidación. Todavía no existe una terapia genética y los psicofármacos sólo se pueden usar una vez que la enfermedad ya se ha manifestado. Así, creen que actuar sobre el maltrato infantil o la calidad ambiental podría impedir que algunas personas desarrollaran esquizofrenia, por ejemplo.
Para finalizar, creen que ha llegado el momento de ampliar el modelo biológico de los desordenes psiquiátricos para incluir el contexto en el que funciona el cerebro.

La revista Edge.org cada año plantea una pregunta a las mentes más brillantes del planeta, la de este año 2014 fue "¿Qué idea científica va siendo hora de jubilar?" Puedes leer la respuesta íntegra de Joel Gold e Ian Gold AQUÍ.


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