El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) es un trastorno de la ansiedad caracterizado por dos elementos principales:
- Pensamientos obsesivos: de tipo egodistónico, es decir, que no están en armonía con el yo y están en conflicto con las necesidades y objetivos del ego. La persona comprende que esos pensamientos no son racionales.
- Comportamientos compulsivos: actos repetitivos y estereotipados que pretenden calmar las obsesiones y la ansiedad asociada. Son conductas típicas lavarse las manos continuamente, poner en orden ciertos objetos, hacer comprobaciones, repetir palabras, etc.
Puede aparecer tanto en niños como en adultos y entre el 2 y el 3% de la población.
El Instituto Nacional de la Excelencia para la Salud y Atención del Reino Unido (NICE, National Institute for Health and Care Excellence) publicó en septiembre del 2013 una actualización sobre la evidencia disponible para el abordaje del TOC. Las recomendaciones para su tratamiento son:
- En adultos:
- La terapia de aceptación y compromiso puede mejorar los síntomas mejor que el entrenamiento en relajación progresiva.
- El tratamiento farmacológico con sertralina y la terapia de grupo cognitivo-conductual alcanzan respuestas similares. Sin embargo, el número de pacientes que alcanzan remisión clínica es mayor con la terapia de grupo cognitivo-conductual.
- En niños:
- La terapia cognitivo-conductual familiar se asocia a mayores tasas de respuesta al tratamiento y a beneficios a largo plazo.
¿Qué es eso de Terapia cognitivo-conductual?
En TOC se trabaja sobre todo con una técnica llamada Exposición con Prevención de Respuesta. Ha mostrado muy buenos resultados y además, aplicada de forma intensiva (5 días/semana), puede provocar resultados positivos en menos de 4 semanas.
Se trata de exponer al paciente a ese miedo, preocupación o pensamientos que desencadenan las compulsiones pero sin permitir la realización de éstas. De este modo, las personas expuestas a este tratamiento aprenden a tolerar y afrontar la ansiedad generada. Estudios han mostrado que esta intervención provoca un aumento de la actividad del córtex cingulado anterior, implicado en la reevaluación y supresión de las emociones negativas.
¿Cómo puede ayudar la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)?
En ACT se trabaja con una técnica de focalización atencional que pretende no bloquear la intrusión, aceptar que estamos pensando en ello y continuar con nuestra actividad. El entrenamiento atencional se basa en tomar conciencia de que escapar de los pensamientos y emociones negativas no es un buen afrontamiento, así como centrarse en el ahora, en la aceptación y en la focalización sensorial de los estímulos que interfieren.
Os dejo un vídeo en el que podéis ver una intervención de Exposición con Prevención de Respuesta:
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