jueves, 27 de junio de 2013

Mi experiencia como voluntaria.

¡Hoy no puedo evitar transmitir a todo el mundo la inmensa felicidad que corre por mi cuerpo!
Hace un poquito más de 6 meses empecé un voluntariado en la Asociación para la Salud e Integración del Enfermo Mental (ASIEM). El proyecto consistía en un taller de escritura con dos objetivos fundamentales: por un lado, fomentar la participación en actividades lúdicas junto con otros compañeros y por el otro, tratar de estimular las capacidades cognitivas como el lenguaje, la memoria, la atención, la imaginación, etc. Los asistentes son personas diagnosticadas con trastorno mental grave (TMG); algunos con trastorno bipolar, otros con trastorno esquizoafectivo y otros con esquizofrenia. En estos casos, bien por la misma enfermedad o bien por la medicación pueden verse afectadas estas funciones. Por ello es tan importante trabajar cada día un poquito el cerebro, como si de un músculo se tratase.
Además tuve la oportunidad de compartir la experiencia con otra psicóloga, a la que conocí en la misma Asociación, y de aprender tantísimo de ella, sobre todo a esperar.

Hoy ha sido el último día y ha estado rebosante de gratitud y de emotividad. Hasta llegar aquí hemos pasado por dudas y alguna que otra dificultad; para formar el grupo, para mantener la constancia de los participantes, para encontrar las actividades adecuadas, etc. Pero sobre todo hemos aprendido de todo ello.
De sus valoraciones de hoy me quedo con que les ha servido para desestresarse, para estar más despejados por las mañanas, para incrementar su creatividad o para sentirse como parte de una familia. ¿Qué más puedo pedir? :')
Por mi parte, salgo de esta experiencia enormemente satisfecha por todo lo que se ha conseguido. El primer día resultaba bastante más complicado mantener la concentración en una actividad que requiere de atención, de fluidez, de coherencia, de psicomotricidad,... y sobre todo se notaba la escasez de creatividad. Poco a poco, estas capacidades fueron aumentando, gracias al trabajo de cada semana, a las actividades en grupo, a los refuerzos que se daban los unos a los otros y a las actividades más de tipo lúdico.

He comprendido de forma aún más próxima las dificultades a las que se enfrentan estas  personas; el esfuerzo que les supone ser constantes, mantener la atención por largo tiempo, levantarse por las mañanas, enfrentarse al estigma social, luchar contra los que no comprenden su problemática y sobre todo, aunque parezca mentira, mantenerse integrados en la sociedad. Y a pesar de todo eso, yo me he llevado de ellos mucho cariño y agradecimiento. Me voy con muy buenas sensaciones y con un recuerdo que no creo que olvide jamás.

Sólo quiero recordar el lado triste de todo esto, porque lamentablemente lo hay. No consigo comprender que sean las asociaciones de familiares, como ASIEM, o personas que se ofrezcan de forma voluntaria las que se encarguen de realizar estas tareas, cuando debería ser el estado quien procurara bienestar a la totalidad de los ciudadanos.

Por último, si me aceptáis un consejo, recomiendo a todo el mundo que ponga en práctica lo que mejor se le dé, lo que más le guste o con lo que más disfrute enseñándolo, regalando un poquito de sus conocimientos, de sus aficiones,... No hay mayor satisfacción que hacer lo que te gusta, ver que a alguien le puede ser útil y recibir su afecto y agradecimiento.

miércoles, 26 de junio de 2013

Relaciones de parejas: cuando termina el enamoramiento... (II)

La semana anterior comencé a hablar sobre las fases del amor en una relación de pareja y de lo importante que es trabajar la reciprocidad y la comunicación. Así que hoy toca remangarse para ponernos a trabajar en nuestras relaciones.
Es importante recordar que lo que generalmente mantiene el problema es intentar cambiar al otro. La solución pasa por el esfuerzo en común, no por las habilidades individuales, ya que nos encontramos ante dos personas con necesidades diferentes, estilos diferentes de resolver problemas. Si sólo usamos nuestros propios criterios, ignorando los de nuestro compañero, causaremos insatisfacción. 
Para recibir, primero hay que dar.

Reciprocidad

Supone una correspondencia mutua y aparece como resultado de la sensibilidad a las peticiones del cónyuge y del mutuo refuerzo de las conductas gratificantes. La reciprocidad se va retroalimentando como si se tratará de un círculo vicioso, en este caso positivo. 

Lo mismo pasaría con las conductas coercitivas o degradantes. En este caso estaríamos hablando de un círculo vicioso negativo.

¡Recuerda! Las gratificaciones pueden ser expresiones verbales, conductas afectivas o acciones.

Para practicar en casa: 1. Escribir en tarjetas (de diferente color para cada persona) demandas específicas de gratificaciones que nos gustaría recibir. Meterlas en una cajita. 2. Cuando a uno de los dos le apetezca gratificar al otro, acudirá a la caja y buscará una demanda que crea que puede satisfacer. 3. Rellenar contínuamente la cajita con nuevas demandas.

Comunicación



Es común quejarse de la falta de comunicación. Nos hace sentir muy frustrados la sensación de que nuestra pareja no nos comprende o no nos escucha.


Es fundamental:
- Darse cuenta y reconocer los mensajes de la pareja: qué siente, qué pretende.
- Desarrollar una respuesta adecuada, teniendo en cuenta las posibles consecuencias.
- Tener en cuenta el lugar, el momento y la expresión verbal más adecuada
- Dar gratificaciones verbales, no darlas por supuestas.
- Agradecer las gratificaciones recibidas, la ausencia bloqueará el círculo.
- Saber pedir cuando tenemos necesidades.
- Expresar los sentimientos negativos, normalizarlos. Puede generar cambios positivos.
- Empatizar, reconoce lo que puede estar sintiendo el otro.

Otras estrategias

- Planificar y redistribuir el tiempo libre individual y en pareja.
- Resolver problemas entre los dos: generar soluciones posibles, decidir entre los dos, evaluar los resultados.
- Negociar acuerdos sobre conductas deseadas, hacer algo por el otro. Ambos deberán salir ganando.


miércoles, 19 de junio de 2013

Relaciones de parejas: cuando termina el enamoramiento... (I)

Las parejas afectivas deben evolucionar y adaptarse a los múltiples cambios que van teniendo lugar a lo largo de la relación, como el incremento de la familia, las expectativas de cada uno de los miembros, la gestión de recursos materiales o sociales, la satisfacción sexual, etc. 
Parece una ardua tarea que dos personas puedan llegar a convivir durante largos años teniendo en cuenta todos los obstáculos que hay que superar. Resulta más difícil todavía sabiendo que científicos como Helen Fisher han encontrado una duración limitada para el enamoramiento, determinada por el nivel de diferentes sustancias químicas, como la dopamina y la serotonina. El nivel elevado de dopamina aumentaría el deseo sexual, la euforia y la dependencia de la otra persona. Un nivel bajo de serotonina provocaría la obsesión por estar con el amado.

¿Qué queda cuando termina ese cóctel químico?
  • Fase de noviazgo: en la que se intercambia afecto, interés por el otro, tiempo de ocio. No existen decisiones importantes que tomar y aún hay un cierto desconocimiento sobre la pareja. Este desconocimiento, por un lado atrae y por el otro lo suplimos con las fantasías que construyen la idealización.
  • Fase de compromiso: conforme va avanzando la relación, se exige un mínimo de compromiso que aporte seguridad y confianza. Convivencia, monotonía, obligaciones, responsabilidades, etc.
Es en esta última fase cuando pueden surgir los conflictos. El conocimiento sobre la otra persona es mayor y esto provoca que comparemos esta nueva imagen con la que habíamos construido durante las fases anteriores. Entran en juego las dudas, los desengaños, las quejas. Es entonces cuando se debe valorar si se comparten expectativas, tiempo, gustos  y afecto que permitan una buena relación.

Los principales quejas son sobre falta de comunicación, de dedicación y de afecto. Y la mayoría de personas tienden a dedicar todos sus esfuerzos en cambiar al otro. Sin embargo este suele ser el principal motivo de mantenimiento del problema. Será muy importante trabajar la reciprocidad y la comunicación para poder conciliar los diferentes puntos de vista de la pareja y cooperar en la construcción de una relación mutuamente satisfactoria. 

viernes, 14 de junio de 2013

¿Por qué Psicología Proactiva?

La proactividad se refiere a una actitud enfocada a la toma de inciativa. Se dice que una persona es proactiva cuando se planta frente a su vida, frente a cada una de las situaciones que se le presentan y responde de acuerdo a sus necesidades, sentimientos y pensamientos. Se compromete de forma activa y se implica con el mundo que le rodea. Se trata de ser responsable de lo que cada uno siente y quiere, de ser dueño de las propias emociones y acciones. Pero también consiste en buscar la forma más apta de actuar conforme a los valores personales, respetando los derechos ajenos y haciendo respetar los propios. Tomando así decisiones de forma responsable y siendo flexible para considerar otras opciones.

Lo contrario sería una persona pasiva, que deja ver pasar la vida como si de un espectador se tratase; dando por imposible controlar sus emociones, sus sentimientos, los conflictos que se le plantean, etc.

Tampoco estaríamos hablando de una persona reactiva, que únicamente decide actuar por impulsos, por malestar o cuando se siente amenazado o preocupado.

Esta actitud es muy importante para la terapia psicológica. La persona que acude en busca de ayuda debe ser consciente de que tendrá que responsabilizarse de la decisión que ha tomado, es decir, si acude a terapia es porque cree que algo va mal pero va a tener que actuar para cambiar aquello que no le gusta. El psicólogo le orientará y le acompañara en ese camino, pero será el "paciente" quien identifique sus emociones, pensamientos, quien reconozca cómo ha actuado y quien realice las tareas asignadas por el psicólogo y se esfuerce en conseguir lo que quiere.

Obviamente, no es tan fácil tomar una determinada actitud cuando no estamos acostumbrados. Por eso, una de las labores fundamentales del psicólogo será fomentar esta postura aportando diferentes recursos y técnicas. Será un trabajo en equipo :)