miércoles, 11 de septiembre de 2013

Entornos validantes

En 2003 se estableció que el 10 de septiembre de cada año se celebre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. El fin de señalar esta fecha es crear conciencia y educación a la población sobre lo que es y supone el suicidio, dejando atrás la tendencia a tratarlo como un tema tabú.

Las causas que pueden llevar a una persona a la ideación suicida abarcan multitud de factores con una historia personal subyacente que debe ser tratada. En muchos hospitales actualmente se aplica un programa basado en la terapia dialéctico conductual de Marsha Linehan. Uno de los puntos fuertes de esta intervención consiste en validar a la persona.

Crear un entorno validante supone:
  • Prestar atención: interesarse, preguntar y escuchar, apoyar.
  • Mostrar respeto: por las creencias y sentimientos ajenos, por la diversidad.
  • Comprensión: tratar de entender las conductas y sentimientos poniéndonos en el lugar del otro.
Un entorno invalidante en la infancia va a suponer que el niño no acepte sus emociones, porque no han sido respetadas ni comprendidas. Conllevará inestabilidad en la identidad, en la afectividad y en las relaciones sociales. Probablemente esta persona tenderá a buscar la aceptación de los demás constantemente tratando de llamar la atención y viéndose afectado considerablemente cuando no se siente validada. Linehan describe este trato no validador como decirle a un niño sin piernas que camine, pero sin proporcionarle muletas o piernas artificiales, o como decirle a alguien que se encuentra sobre unas brasas que camine, que no pasa nada, sin tener en cuenta el dolor y sufrimiento que le comporta. Se trata de decirle a alguien lo que debe y no debe hacer, sin mostrarle como o sin ofrecerle apoyo ni recursos.
Este entorno añadido a una vulnerabilidad emocional (de base biológica) puede desencadenar en un trastorno límite de la personalidad (TLP), según Linehan. Aunque es probable que también derive en otro tipo de trastornos mentales.

A veces nos resulta complicado comprender determinados comportamientos porque nos resultan raros, poco adecuados o porque simplemente nosotros no lo haríamos así y actuamos de forma intransigente y a veces despreciativa.
Suena a tópico, pero es cierto que cada persona es diferente. Cada uno de nosotros tenemos una genética y una biología personal única y unas experiencias que nos han creado unos esquemas mentales determinados. Todo ello explica que actuemos, pensemos y sintamos de una forma concreta concorde con nuestra historia personal. Resulta necesario que antes de juzgar tratemos de comprender. Como suele decirse, que nos pongamos los zapatos del otro, para entender como su camino le ha llevado hasta ahí.

Probemáticas familiares:
Cuando nos vemos aturdidos o desesperados por la depresión o el TLP de un familiar por ejemplo, no es necesario que compartamos todo tipo de acto o pensamiento que consideremos inadecuado o darle la razón constantemente. Simplemente hacerle sentir que comprendemos el motivo de sus sentimientos y prestarle apoyo en los malos momentos puede servir de ayuda. Los comportamientos poco apropiados o no saludables no se pueden cambiar a golpe de autoridad, por el contrario, se debe mostrar el camino a seguir, ofrecer apoyo y recursos, teniendo en cuenta los ritmos y el esfuerzo de la persona. Y siempre que sea necesario buscar ayuda profesional.

Referencias:


- Azucena García Palacios. La terpia dialéctico comprtamental. eduPsykhé, 2006, Vol. 5, No. 2, 255-271

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